El inicio del 2016 es el cuarto año de Miguel Márquez como gobernador y el cuarto de Fernando Torres Graciano como senador. Este este año clave para sentar las bases de la sucesión de la gubernatura que, por todos lados, se atribuye a que nuevamente la ganará el PAN.

 

Torres Graciano tiene la fortaleza de contar con más del 60 % del padrón panista a su favor al lado de Vicente Esqueda. Un 15 % lo tiene de manera directa el ex gobernador Juan Manuel Oliva. Y el restante se diluye entre varios liderazgos, entre ellos, del gobernador Márquez.

 

Con las elecciones del 2015 el gobernador Márquez presentó un escenario en el que emergen nuevos actores como figuras centrales:

 

Está el caso del diputado Éctor Jaime Ramírez Barba que a la sazón de líder de la fracción parlamentaria del PAN en el Congreso mantiene poder, capacidad de interlocución y presencia mediática.

 

Otro caso es el de Diego Sinhué Rodríguez al frente de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano. 

 

Y el otro, el alcalde de León, Héctor López Santilla, que le apuesta a reelegirse, aun cuando tiene un gobierno nada sencillo por la carencia de recursos.

Se atribuye que un gran presupuesto para la secretaría de Diego Sinhué es indicativo de que adquirirá una fortaleza para armar la estructura corporativa. Nada despreciable para un joven, dicen a su alrededor. 

 

De Éctor Jaime mucho dependerá de cómo siga dando resultados su liderazgo. Es decir, qué tanto se tropieza en su proyecto político en una arena tan movediza como la Cámara de Diputados.

 

Por su parte el senador Fernando Torres Graciano inicia en este 2016 un repaso de su estructura al interior del PAN y del mismo Gobierno del Estado.

 

La carrera por la candidatura del 2018 en Guanajuato está por comenzar. Y el gobernador Miguel Márquez tiene que tomar serias decisiones en los próximos meses.

 

Por: @periodistafrg